Tratado de paz
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Te propongo un armisticio transitorio
que entierre la memoria y
construya un nuevo estado totalitario
bajo el mandato único
de las milicias del instinto.
Seremos funcionarios al servicio
de la pasión; nuestra oficina,
tu pequeño colchón; nuestro archivo,
las cartas franqueadas.
Te nombraré ministra de economía
y la policía te esconderá de los descreídos.
Estableceremos relaciones internacionales
con los hoteles que acojan nuestros espasmos.
Izaremos como bandera las sábanas
blancas de tu cuarto.
Como himno, tu voz lejana, al teléfono.
Como mapa, la silueta de tu cuerpo
con sus valles y montañas.
Construiremos un modelo educativo
basado en las caricias de la madrugada.
El futuro nos deparará
crisis, revoluciones y atentados.
Pero nuestra patria permanecerá
si conseguimos enraizarla en una tradición
de amantes, milenaria.