3 poemas de Leopoldo María Panero / Félix J. Caballero

*

A rena avança sobre a neve

E fala aos anjos da nossa vida

E na nossa alma resta apenas um pouco de neve

Lutando contra os anjos e o vento

E caminhando sobre o papel

Como sobre o trilho dos cisnes.

 

*

A cerveja é o símbolo obscuro da vida

Como os rios simbolizam a vida

E actua na minha memória meu nome repetido

Pelas inúteis páginas e pelo esquecimento.

 

*

Ah a rosa da despedida

O mundo inteiro para dizer adeus

O pranto dos lírios

E o peixe para pescar na sombra

Para uivar como o vento

Que é a única testemunha da minha morte

Ah a rima assonante

E o absurdo do sonho

Agonia do verso onde soletra a vida

Como se a agonia fosse um verso.

 

Zozobra

Recuerdo que nunca he viajado a Europa.
Sin embargo mis ganas de huir son tan largas. 
Yo vengo de una ciudad que aún no nace en América. 
En el tiempo.
Estoy obligado a decir la verdad.
No sé escribir poemas. 
Dije que un día vendí mi cuerpo a Satán para escribir dramaturgia.
No poemas.
Mi padre escribió poemas como Emily Dickinson o Rimbaud.
Pienso que pudiese escribir un ensayo sobre él. 
Narré que un día leí como separaron Alemania.
Qué tuve miedo y me fui a leer otro tipo de historias cortas.
Explico que no conozco el significado del sexo o la poesía. 
Asumo el dolor como falta equiparable a mi destino.  
Quiero dar entender que nunca aprendí a escribir poemas.
Quizás círculos.
Manchas en el suelo.
Imagino que no salvaré al mundo. 
Lo repito constantemente en mis sueños.  
Quien me salve tendría que ser un poeta del movimiento Alt Lit.

Cortan los dedos de mi mano izquierda. 
Tiene color la mugre cuando se encuentra con la sangre.
Un musgo reverdece en mi pensamiento. 
Hay algo más que juntar las piezas de un rompecabezas.
Desarrollo un pensamiento crítico sobre un posible fin del mundo.
En la literatura. 
Hay un animal que se extingue por las noches.
Al nacer tuve un día infinito como el amor de mi madre. 
Cuando era niño supongo estaba muerto. 
Hablan de cortar las orejas.
Vuelvo a repetir.
Yo nunca aprendí a escribir poemas.
Quizás sea necesario cortar la garganta.


Antonio Gamoneda, de «Canción Errónea»

 Tradução: João Moita 

O leite entra nas profundidades côncavas, o leite urdido nas rosadas úberes de grandes vacas silenciosas. São torpes as vacas silenciosas. Fazem, porém, doação muito branca
à paixão enferma
de viver.
Viver: avançar cegamente
para o grande sono branco.
Suportado por mãos inocentes, sempre
o leite desce do cântaro habitado por sombras
até à fraternidade do pão no seu leito de vimes
e na sua descida traz uma assistência que convém ao cansaço
do nosso corpo transitivo.
                                                Jan Vermeer
pôs nas mãos de uma antiga rapariga
estas suaves matérias que nos perdoam e
nos permitem repousar vertebrados, desconhecer, mentir,
envelhecer,
ignorar por algum tempo a afiada pureza
dos limites.
Antonio Gamoneda, Canción Errónea, pp. 77-8

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